Importancia de la Educación Física.
Nuestra sociedad avanza sin control
hacia nuevos horizontes, las nuevas tecnologías acaparan el mundo y con ello nuestra forma de relacionarnos y actuar con los demás; pero, ¿Realmente esa
progresión como día a día vemos y experimentamos, es acorde con la educación
escolar?
Tal y como conocemos, los métodos
utilizados en el ámbito escolar son parejos a los utilizados hace cientos de años,
donde el docente impartía su clase magistral hacia sus discentes, con un poder
y sabiduría absoluta sobre dicha temática de conocimiento. Por ello, estamos
viendo un cambio notable en estos últimos años en inculcar una nueva forma de
enseñanza para no solo buscar un resultado numérico o tangible, sino un
desarrollo integral del alumno; y ahí, en estas últimas palabras es donde la
materia de Educación Física, y en concreto el docente y todos los profesionales
relacionados con este ámbito, tienen mucho que aportar.
Es una realidad que el niño se encuentra
cada día más solo, abstraído con las nuevas tecnologías y un modo de vida
individualista y egocéntrico, donde de una forma implícita, lleva consigo una
desmotivación y una desconexión con la sociedad; por ello, según afirman Eime, Young,
Harvey, Charity y Payne (2013), los beneficios psicológicos y sociales de salud
atribuidos a la actividad física, y en su mayor parte a deportes de equipo,
contribuyen a una mejoría en la autoestima y disminución de síntomas
depresivos; no solo en niños de los que estamos referenciando continuamente,
sino de ciudadanos de toda clase de edades; estos tampoco están exentos de
mejorar su salud y calidad de vida, al practicar actividad física, pero sin
olvidar que esta primera afirmación, y relacionándolo con deporte grupal o
social, proyecta unas tasas de incremento en las habilidades sociales,
influyendo por tanto en gran parte a nivel psicológico de la persona que lo
realiza.
Antes de entrar en materia escolar,
aunque altamente relacionada con ella, hemos de destacar el período tan
importante como es el período de adolescencia, donde según González y
Portolés (2014), el aumento de conductas sedentarias de adolescentes,
incluyendo en ellas un auge en nuevas tecnologías, dan lugar a cada día mayores
tasas de patologías en este grupo de población; por ello ese sedentarismo y
baja forma física influye en el repulso a la realización de actividad física.
Según Revuelta, Esnaola y Goñi (2013),
afirman la correlación existente entre el auto-concepto físico del adolescente,
como aspecto determinante a la hora de realización de actividad
físico-deportiva y viceversa; conociendo la gran importancia en una época con
tantos cambios y conocimientos de uno mismo; donde la actividad física sea un
factor tan decisivo a nivel psicológico, nos da una idea de la importancia que
tiene lo motriz en nuestra salud física y mental.
Como introducíamos al principio de
nuestro artículo, nos hacíamos la pregunta de si la progresión también se
canalizaba hacia la educación en la escuela, y concretamente en nuestra materia
a abordar: la Educación Física, vemos que no tanto como creemos; debido a la
escasez de horas semanales de dicha asignatura y sobre todo a la inflexibilidad
metodológica del profesorado de esta área; donde en muchos casos, sigue
primando lo numérico y rápido a lo complejo y enriquecedor ya no solo para el
propio docente, sino en definitiva para el alumno. Queremos que los ciudadanos
de hoy en día sean competentes, tengan habilidades sociales, manejen idiomas,
sepan relacionarse y adoptar distintos roles, pero casualmente todo lo que
posteriormente se pide no se lleva a cabo en el proceso de formación básica y
primaria, por lo que tendremos ciudadanos que le pediremos cosas que nunca han
experimentado; todo ello se puede en resumidas cuentas llamar fracaso.
Por ello, he intentado realizar un
análisis positivo, una buena asignatura impartida de una forma correcta y
significativa, puede dar lugar a que el alumno disfrute y quiera seguir
practicando esa actividad motriz, que en tantos beneficios le repercute, pero
que por su diversión a la hora de realizarla, el aprende sin saberlo; esa es la
llave de la Educación Física en el marco escolar: aprender divirtiéndose.
Esos beneficios, llevan consigo a las
actividades extraescolares, debido a la escasez de tiempo (2 horas a la semana) no es suficiente para
alimentar esa salud física y mental del alumno (Carrasco, Chirosa, Tamayo,
Cajas y Reigal 2015), donde el aporte de esas actividades físicas
extraescolares de una forma positiva, llevan a una mayor satisfacción, motivación
e interés por las clases de Educación Física
en horario lectivo (Shen, 2014). Con ello vemos esa interrelación que muchos
profesionales de este ámbito buscan: disfrutar de la Educación Física para
extrapolarla a otros ámbitos y horarios diferentes al lectivo.
Bibliografía utilizada:
Carrasco,
H., Chirosa, L., Tamayo, I., Cajas, B., y Reigal, R. (2015). Efectos de un
programa extraescolar basado en juegos reducidos sobre la motivación y las
necesidades psicológicas básicas en las clases de educación física. Revista
Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 10(1),
23-31.
Eime,
R.M., Young, J.A., Harvey, J.T., Charity, M.J., y Payne, W.R. (2013). A
systematic review of the psychological and social benefits of participation in
sport for children and adolescents: informing development of a conceptual model
of health through Sport. International Journal of Behavioral Nutrition &
Physical Activity, 10(1), 135.
González, J., y Portolés, A.
(2014). Actividad física extraescolar:
relaciones con la motivación educativa, rendimiento académico y conductas
asociadas a la salud. Revista
iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 9(1), 51-65.
Revuelta,
L., Esnaola, I., & Goñi, A. (2013). El autoconcepto físico como
determinante de la actividad físico-deportiva durante la adolescencia.
Psicología conductual: Revista
internacional de psicología clínica y de la salud, 21 (3), 581-604.
Shen, B. (2014). Outside-school
physical activity participation and motivation in physical education. British
Journal of Educational Psychology,
84 (1), 40-57.
Por Fernando Durán Correa.
Muy buen artículo, Fernando.
ResponderEliminarPor aportar mi granito de arena, podemos hablar, además de la mejora del autoconcepto (o autoeficacia) y de las habilidades sociales, podemos hablar de una mejora en la calidad de vida. Porque eso de la calidad de vida no es solo para los mayores y enfermos, es para todos.
Veo apropiad ahora especificar a qué me refiero con calidad de vida. Aunque hay varias definiciones, las que más me gustan son estas dos, que, en mi opinión se complementan muy bien:
"La calidad de vida de cada época viene definida por los valores que cada grupo social atribuye a la forma de vivir”(Joaquín Dosil,2004).
- “Término que se usa generalmente para referirse a una evaluación general de las condiciones de vida según las experiencias de un individuo” (Tammy Dew y E. Scott Huebner ; universidad de carolina del sur).
Así que, en esta sociedad sedentaria en que nos ha tocado vivir, me gusta pensar que las personas que realizan actividad física de cualquier tipo (simplemente hacer ejercicio o practicar algún deporte federado) gozan de unas condiciones de vida que ellos perciben como buena, y que además es percibida por el resto (por la sociedad) como algo que le aporta lo antes mencionado (habilidades sociales, equilibrio psicológico, etc)
Saludos a todos.